Mi querida gente,
El 9 de octubre, nuestro Santo Padre el Papa Francisco abrió en Roma un proceso de preparación de dos años para la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos de 2023, bajo el título, “Por una Iglesia sinodal: Comunión, Participación y Misión”. El término "sínodo" tiene sus raíces en griego, que significa "caminar con" o "viajar juntos". A lo largo de nuestra historia como católicos, se han convocado sínodos para caminar unos con otros en el Espíritu Santo, para escuchar y discernir cómo la Iglesia está siendo llamada a la comunión, para responder con fe y participar en la obra del Evangelio y la misión que Nuestro Señor nos ha confiado como Pueblo de Dios.
La amplitud de este proceso sinodal actual implicará una amplia consulta y diálogo entre los fieles de todo el mundo y en tres fases:
1) en cada Diócesis local, donde las discusiones y reflexiones se compilarán en un documento resumen para abril de 2022,
2) seguido de la siguiente fase dentro de las naciones o regiones, donde las discusiones dentro de las diócesis en esa nación o región pueden ser compiladas en un documento de trabajo,
3) que luego se enviará para su uso durante las discusiones en la fase universal del proceso, en el Sínodo en Roma en 2023.
La Diócesis de Raleigh nos proporcionará más información sobre cómo nosotros, como iglesia local, participaremos en este proceso sinodal. Por ahora, podemos rezar colectivamente como parroquia e individualmente por el Sínodo.
Cada sesión del Concilio Vaticano II comenzó con la oración Adsumus Sancte Spiritus, la primera palabra del significado original en latín, "Estamos ante ti, Espíritu Santo", que se ha utilizado históricamente en Concilios, Sínodos y otras reuniones de la Iglesia durante cientos de años, atribuyéndose a San Isidoro de Sevilla (560 - 636). Como estamos llamados a abrazar este camino sinodal del Sínodo 2021-2023, esta oración invita al Espíritu Santo a operar dentro de nosotros para que podamos ser una comunidad y un pueblo de gracia.
ORACIÓN POR EL SINODO UNIVERSAL
Estamos ante ti, Espíritu Santo, reunidos en tu nombre.
Tú que eres nuestro verdadero consejero: ven a nosotros, apóyanos, entra en nuestros corazones.
Enséñanos el camino, muéstranos cómo alcanzar la meta.
Impide que perdamos el rumbo como personas débiles y pecadoras.
No permitas que la ignorancia nos lleve por falsos caminos.
Concédenos el don del discernimiento, para que no dejemos que nuestras acciones se guíen por perjuicios y falsas consideraciones.
Condúcenos a la unidad en ti, para que no nos desviemos del camino de la verdad y la justicia,
sino que en nuestro peregrinaje terrenal nos esforcemos por alcanzar la vida eterna.
Esto te lo pedimos a ti, que obras en todo tiempo y lugar, en comunión con el Padre y el Hijo por los siglos de los siglos.
R: Amén.